Resumen. Libro I de la Metafísica

Todos los hombres tienen por naturaleza el deseo de saber. Una prueba de esto, son las percepciones de nuestros sentidos en especial la vista, que independientemente de su utilidad nos son agradables. Los animales reciben también la facultad de conocer por los sentidos,  sin embargo participan poco de la experiencia. El hombre por otra parte, dispone del arte y del razonamiento. Del recuerdo repetido nace en el hombre la experiencia, que se parece a la ciencia y al arte, pero la ciencia y el arte llegan al hombre por la experiencia. Dice Polus «de la experiencia nace el Arte; la inexperiencia lleva al azar». El Arte nace cuando de muchas nociones experimentadas, nace una sola concepción (noción) general. Aplicable a todos los casos semejantes.

Esto se debe a que la experiencia es el conocimiento de lo particular y el Arte de lo general. El hombre de experiencia sabe que tal cosa existe, los hombres de Arte saben el porqué y la causa de que tal cosa exista. Además el Arte, mas que experiencia es ciencia, porque los hombres de ciencia pueden enseñar.

La ciencia llamada filosofía es el estudio de las primeras causas y de ciertos principios, con el solo objeto de conocer y saber. Precisamente lo que en el principio movió al hombre a filosofar fue la admiración. Admirarse es reconocer que se ignora. Por consiguiente, los primeros filósofos filosofaron para librarse de la ignorancia y no por utilidad. Por último no hay ciencia más digna que esta, una ciencia que es principalmente patrimonio de Dios, y que trata de las cosas divinas, es divina entre todas las ciencias. 

Es preciso adquirir la ciencia de las causas primeras, pues decimos que se sabe algo cuando se conoce su causa primera. Se distinguen pues cuatro causas: la esencia (forma propia de cada cosa), materia (el sujeto), principio del movimiento, causa final de las cosas, el bien. La mayor parte de los que filosofaron en un inicio, consideraron el principio delas cosas desde el punto de vista de la materia. Es decir consideraron indispensable una naturaleza prima. Por ejemplo Thales fundador de esta filosofía, consideraba al agua como primer principio, Anaxímenes y Diógenes dijeron que el aire, Heráclito reconoce al fuego, Empédocles admite cuatro elementos añadiendo la tierra. Anaxágoras pretende que el número de los principios sea infinito, Leucippo y Demócrito; el ser y el no ser.

Pero estos efectos no pueden ser autores de sus propios cambios, hay otra cosa que causa la mudanza, lo que Aristóteles llama principio de movimiento. Precisamente hubo un hombre. Anaxágoras que junto con Hermotivo. Establecieron que la causa del orden, era al mismo tiempo este principio.

Después siguió Platón, que se propuso lo general. Creyó que sus definiciones  debían decaer sobre otros seres aparte de los sensibles. A los que llamo Ideas, además del concepto de Diada, como principio de las cosas. Una sustancia a  la que se aplican las Ideas para construir los seres sensibles. Sin embargo nada prueba la existencia de las Ideas. Así mismo las ideas no serian modelos de seres sensibles solamente, sino que serian modelos de si mismas, de modo que la misma cosa seria modelo y copia. Entonces ¿Para que sirven las imágenes? Si no son causa de movimiento, ni de cambio, no sirven para conocer a los demás seres porque no son su esencia pues no estas en ellos. Por esto mismo tampoco son causa de su existencia. Decir pues que las Ideas son ejemplares y que las demás cosas participan de ellas, es hacer metáforas poéticas.

Las indagaciones pues, de todos estos filósofos recaen en los principios ya vistos. Y no hay otro fuera de estos. Se acercaron de alguna manera al principio pero sus propuestas fueron aun insuficientes.