En este primer capítulo expondremos brevemente el
origen común de dos de los conceptos más considerados dentro de la filosofía:
el mythos y el logos. Éstos mismos nos
servirán para establecer las bases de una paradoja en sentido existencial que acompañará toda la reflexión que en este
trabajo se realice y al mismo tiempo será el hilo conductor que nos ordenará a
través de los capítulos sucesivos.
1.1
El mythos
La definición del mythos es una empresa de suma complejidad,
por lo que es, o puede llegar a ser imposible encontrar una definición
unánimemente aceptada por eruditos y especialistas al igual que por el común de
los lectores. Podríamos quedarnos con definiciones simples que finalmente son
los usos cotidianos que solemos darle, pero estos nos alejan de manera
considerable del sentido original, por ejemplo decir que es un relato fabuloso;
que siendo así, es considerado como irreal, decir que es una mera exposición en
forma poética, o decir que es una expresión de un futuro ficticio sin duda nos
sonará coherente por el uso común – como se ha dicho – sin embargo, como sugiere Lluís Duch(1) en su
obra Mito, interpretación y cultura,
precisamente en el apartado sobre el mito
y su definición, este no puede identificarse con ninguna definición ya que
definir es delimitar o recortar.
Una de las características primordiales del mito es
establecer una inmediatez en la relación objetos-sujeto, la cual contradice a
la "costumbre de pensar" propia de la razón teórico-práctica, sin
embargo es al mismo tiempo importante reconocer que la definición es una
realidad profundamente arraigada en el individuo. El mismo autor nos dirá que
la condición humana se exige definir, como un situarse: para vivir, definir y
definirse. La definición del mito, entonces, según Manfred Frank(2)
está en constante cambio; una constante reinterpretación, por lo que es
imposible una definición terminada. La
etimología de la palabra mythos es de igual forma muy oscura. El historiador de la religión
griega Walter Burkert (3) afirmaba: "aquello que propiamente es
el mito no puede definirse fácilmente y siempre se hace de manera
discutible". El campo semántico ha encontrado en dicha expedición tanto la
mentira, como la concreción más impresionante y plástica de la verdad de la
existencia humana. En conclusión, no hay, muy posiblemente, una palabra que sea
al mismo tiempo tan valorada y despreciada. Algunas posturas filológicas
suponen que mythos deriva de myo (cerrar, sobre todo ojos y
boca). Otros hablan de la aclamación griega mú, algo que es mayormente
ignorado. Gustav Stählin propone el recurso de la raíz meudh-mudh de
lengua indo-germánica, cuyas significaciones aunque numerosas, están
emparentadas entre sí: recordar, aspirar, preocuparse.
En este sentido según Stählin mythos se movería
en torno a las significaciones:
Pensamiento, representación, recuerdo y basándonos
entonces en esto último, se piensa que originalmente mythos significaba
lo mismo que logos (palabra), discurso hablado. Lo anterior se afirma
con argumentos sólidos y convincentes. Y parece ser que cuando menos como
hipótesis de trabajo la definición de Stählin nos vislumbraría una salida del
laberinto semántico del término, pero
marcando las siguientes aclaraciones. El logos designa la palabra como
pensada, significativa y argumentadora. Se refiere pues a la palabra de
cálculo, de análisis mental, evaluación, de la reflexión, de la discusión. El mythos
como palabra, en cambio, se relacionaría con aquello que ha de suceder
o que ya ha sucedido. Es decir, el mito significaría la palabra poderosa,
autoritaria, auto evidente, revelador de la divinidad, que crea con poder y
plenitud aquello que evoca.
1.2 mythos y Logos
El conflicto entre el logos y mythos ha sido
una constante desde los antiguos siglos. Al mismo tiempo y también desde
antiguo se le ha considerado como una de las paradojas más adecuadas para
expresar la conflictiva y precaria vida del ser humano en el mundo. (4) Para muchos, a pesar de las discusiones históricas
que esto puede traer; fueron los socráticos quienes instauraron la tradición
intelectual de occidente, especialmente con la crítica que hacen al mythos.
Respecto
a Platón Giovanni Reale,
conocido especialista italiano del pensamiento platónico escribe que en el
filósofo griego. «El mito renace no solo
como expresión de fantasía, mas antes bien, también como expresión de aquello
que podríamos llamar fe»(5) según él, mythos sostiene una
clarificación en el logos y el logos un complemento en el mythos. “La función que le otorga al mito es la de
elevar el espíritu humano a aquellas esferas que no pueden ser alcanzadas por
la razón"(6) El mito fecunda y enriquece al logos, narra con
imágenes la manera de constituirse la vida del hombre, la existencia humana, el
cosmos, lo divino. Y estas expresiones narrativas expresan el fundamento de la realidad;
expresan lo verdadero. Es por ello que en este mismo sentido la racionalización
del mito por la aparición de la filosofía no fue necesariamente un progreso
como afirman los fanáticos del pensamiento griego. Fue un intento diferente de
formular la misma verdad que presentaba en relato alegórico del mito.
Jean-Pierre Vernant en su obra Mito y
pensamiento dice, refiriéndose al mito «era un relato, no la solución a un problema». El mythos en este caso fue la base para la
elaboración filosófica pero no fue sustituido por esta. Sócrates por
ejemplo condeno la utilización del mito,
postura compartida por Platón en un inicio, sin embargo a partir de Gorgias (Obra de retorica, ubicada dentro de
su periodo de transición, después de su primer viaje a Sicilia) comienza a
concederle valor al mito.
¿Qué sentido tiene el mito en Platón? ¿Es un avance o
se trata de una involución? ¿Tal vez fruto de la renuncia a la coherencia, o
desconfianza en sí misma? Para estas
cuestiones, tomaremos dos de las respuestas más radicales, que provienen de
Hegel y de la escuela de Heidegger. Hegel
considero al mito un obstáculo para el pensamiento, una inmadurez del logos que todavía no es libre del todo.
El mythos como representación religiosa no está más allá de los alcances de la
razón sino que constituye la penúltima fase de desarrollo hacia la sima que es
el saber absoluto. Contrariamente la escuela de Heidegger (del Segundo
Heidegger) considera al mito como la expresión más auténtica del pensamiento
platónico. «En realidad, el logos capta
al ser, pero no la vida, y el mito viene a ayudar en la explicación de la vida,
imposible de captar a través del logos» (7) Ahora bien; hasta aquí hemos hablado
sencilla pero precisamente acerca del origen de estos vocablos así como de su
relación. Sin embargo existen aún algunas preguntas, tal vez más relevantes.
¿Ubicamos entonces el mito como verdad o como mentira? ¿Existe alguna manera de
relacionarlos con respecto a la verdad? ¿Hablaremos entonces de cooperación o
de sustitución? El término griego logos se traduce como palabra, expresión,
pensamiento, concepto, discurso, verbo, razón así como ley, principio o norma.
Ha sido sin duda un vocablo importantísimo en la
filosofía griega y precisamente es en este campo -el filosófico- que se le ha
dado un uso más común a lo largo de la historia. Cando hablamos de Logos nos
referimos habitualmente al "decir inteligible" y de manera general lo
podríamos dejar hasta aquí. El mythos
por otra parte ha recibido a lo largo de toda la historia occidental un sinfín
de reinterpretaciones y se ha convertido en el campo de batalla predilecto para estas. En este sentido juega un papel
muy importante la Ilustración; ¿en que forma? Será esta etapa histórica por así
decirlo el último filtro que el mythos y el logos tendrán que franquear. La
Ilustración como es concebida como la
mayoría de edad del hombre; regida solo por la razón (logos) como el sol que ilumina al siglo(8) (y de hecho
no solo ese siglo sino la visión general del porvenir del que los ilustrados se
preocupaban tanto). Aunque la Ilustración como tal puede ser dividida por orden
cronológico (inglesa, francesa y alemana) la primera desarrollando las ideas
que fueron irradiadas a todo el mundo; la segunda que importa esas ideas, las
radicaliza en enciclopedias y provocan la revolución y la tercera que ennoblece
dichas ideas y crea el clasicismo alemán(9) Es posible reunir estos movimientos en base al énfasis que
ponen en la filosofía práctica, la historia, la pedagogía y el progreso. Así
pues al referirnos a todo ello, solo lo llamaremos Ilustración.
Esta en su intento por racionalizar las contrariedades
de la existencia humana le da al mito un carácter negativo, es «lo que no debe
de ser» y que debemos superar, un error del cual hemos de liberarnos.
Los ilustrados asumiendo la tradicional animadversión
del judaísmo y del cristianismo se mostraron críticos e incluso despectivos con
relación a todos los mitos de hecho también es importante recordar que para los
ilustrados, el mito y la religión se oponen radicalmente al logos y a la razón.
(10) ya que son extraños a las explicaciones racionales que ellos
pretendían generalizar. Antes de pasar a
la siguiente sección de este trabajo, será necesario hacer un recuento de lo
expuesto con la intención de reacomodar las ideas y sobre todo de reubicar el
hilo conductor que es la paradoja y en que sentido será utilizada. Ubiquemos
entonces los siguientes datos a manera de encuadre general para poder cumplir
con el objetivo que nos hemos propuesto: Los términos λόγος y μῦθος (logo y
mito) provienen del vocablo meudh-mudh,
(propuesta que reconoceremos como base conveniente) según el estudio que se
realizo principalmente el las obras de Lluis Duch y Fernando Urbina Rangel.
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