Desde los griegos y por más de dos milenios estética se ha desarrollado
en torno al concepto de belleza. Podemos considerar la definición misma de
estética como "ciencia o estudio de la belleza". Sin embargo estética
contemporánea esta consideración no agota esta disciplina, ya que en los
últimos siglos ha requerido la
ampliación de los contenidos estéticos. Especialmente en relación con el tema
de lo feo que especialmente a partir del romanticismo tomo centralidad en
estevo
El primero en realizar un estudio sobre el océano fue j.k.f.rosenkranz
en su obra Estética de lo feo. Con la cual pretendía llenar uno de los
vacíos dejados por la estética de Hegel y la estética clásica en general.
En cuanto a la calidad moral es el resultado de la anulación de la
libertad, por tanto, es la ausencia de libertad.
Y así el autor habla de un sin
número de aspectos, pero la centralidad de su trabajo se enfoca en el tema de
la fealdad en el arte. Nuestro autor no acepta el arte como búsqueda de
una belleza pura y sin mezcla. El arte debe manifestar la totalidad de línea y
lo feo, de lo malo, de lo diabólico, de elemento negativo al lado de lo ideal.
Aún los griegos representaban "lo feo" en sus obras. Y el
cristianismo a venido -a raíz del pecado-a dar importancia a lo feo en el mundo
del arte.
Los feo es relativo no existe sino en virtud de lo bello que es la idea
divina.
La existencia es secundaria y se genera a partir de lo bello. En otro
caso lo cómico vendría a ser lo feo subordinado a lo bello. Lo feo es entonces
una negación en forma sensible.
En el arte lo feo no puede existir de forma independiente a diferencia
de lo bello. Que dicha relación es lo
único que legitima el derecho de lo feo a
existir. Es necesario idealizar lo feo para conformar las reglas del orden
como: simetría, armonía, proporción y extensión individual.
La sistematización de las formas o categorías de los feo es uno de los
puntos más interesantes del libro derosenkranz. Las principales formas que
reconoce son: deformidad, incorrección y desfiguración subdividiendo la primera
en amorfia, asimetría y desarmonía. La desfiguración abraza lo común, lo
repugnante, la caricatura, etc. Como formas más elevadas aparecen lo criminal,
lo espectral, lo diabólico, lo demoníaco, la hechicería, lo satánico, etc. Lo
que él autor llama el infierno estético.
Moritz Carrier.-Para este autor del arte sería incompleto sin la idea de lo feo. En el
arte gracias al genio creador lo feo pierde la negatividad.
Max Schasler.- Resalta la importancia de lo feo para toda delimitación
y análisis del bello. Lo que interviene el bello como un elemento dialéctico.
Eduard von Hartmann.- Lo peor es necesario como medio de
concreción de la belleza. En tanto bellezas relativas no son otra cosa que
"formas moderadas de fealdad" y está fealdad surge como resultado de
una falsa percepción inexperta. Esto vendría muy en relación con lo que hoy
conocemos con el nombre de arte kitsch.
Lo bello y lo feo
Para los antiguos la
belleza fue siempre la ley suprema de las artes, para los artistas antiguos
eran inconcebibles representar actitudes feas y desagradables. Es conocida la
ley de lo tebanos que ordenamos al pintor y al escultor embellecer el objeto
que cumple a, y les prohibía bajo sanción el hacerlo más feo de lo que era.
También el arte chino se abstuvo de pintar lo feo, lo sórdido y lo
deforme en la pintura china no hay desiertos, ni pantanos, ni desolados
parajes.
Esta preocupación era un falso realismo. El mundo no siempre como lo
pintan el arte, en el mundo real lo bello y lo feo están ahí, mezclados y en
estrecha contemporaneidad.
La idealización de la belleza responde a una
profundización humana de alcanzar las altas cumbres espirituales
Las definiciones que la estética clásica ha dado la belleza y la agenda
podría tener que ver con la antigua formulación pitagórica: "el orden y la
proporción sobre ellos y útiles, mientras que el desorden y la falta de
proporción son feos e inútiles". También encontramos otras concepciones
importantísimas, por ejemplo: lo bello es bueno y lo feo es malo; lo ético se
vincula a lo estético.
Otra concepción según Platón es la frialdad en la copia artística, que
vendría caracterizada por la fealdad de lo falso.
Para Plotino la fealdad en arte es consecuencia de la impureza del alma,
que se corrompe en su relación con el cuerpo y la materia. Así como Dios es
belleza y el origen de todo lo bello, la fealdad es un mal originario. Plotino
acentúa, pues, la relación belleza-bondad y maldad-fealdad. Lo bello atrae,
mientras que lo feo retrae. La fealdad es resultado de una carencia de logos y
forma en la materia.
La fealdad en la tradición estética cristiana
En el pensamiento de lo neo-testamentaria se asocia lo feo con aquello
que avergüenza, afrenta o deshonra. Lo feo es lo que suscita sentimientos
negativos de rechazo y censura. Más que una fealdad estética se plantea una
fealdad ética. La teología bíblica contribuye a la elaboración del concepto de
belleza espiritual y frialdad, así como de la idea de belleza moral y
espiritual que ya hemos visto en la cultura griega y romana. Aunque la realidad
es bella desde la creación, dice San Pablo, "fue sujeta a validar y a la
esclavitud de la corrupción", y "gime a una, y alguna está con
dolores de parto", esperando la llegada de la redención.
Junto con esta fealdad de raíces éticas, el cristianismo habla de una
fealdad relativa, lo que se nos aparece como Pedro pierde su carácter negativo
y se integra en un esquema universal de belleza cósmica.
Orígenes
intento conciliar la doctrina bíblica con la enseñanza platónica y el
gnosticismo. La materia, principio consistente con Dios, se identifica con la
fealdad y es la causa del mal. Orígenes sin embargo defendía la creación divina
de la materia, pero introducen un triple proceso; al inicio y al final la
realidad era en materia fue a causa del pecado que se volvió sensible y por la
redención retornará a su condición espiritual.
Tertuliano decir que lo que es
natural es feo. La genuina belleza es la realidad creada por Dios, el arte es
una segunda belleza que pretende mejorar la primera. Este arte humano se
distingue en dos clases: el cultus tres de la hermosura que se asocia
con las joyas y las alhajas, y el ornatus que se relaciona con el
cuidado y maquillaje del cuerpo. Pero tanto el cultus como de ornatus
son formas de belleza ficticia, constituyen el arte adulterino. La
fórmula es simple lo que se añada a lo creado por Dios es feo y tiene su
inspiración en lo satánico.
Gregorio de Niza (335-394) habla de
dos bellezas: la espiritual y la sensible. En el orden divino, la belleza
sensible ha de supeditarse a la espiritual. El error del hombre es elegir la
falsa belleza es decir elegir la sensible por la espiritual. La belleza fea
es la manzana del paraíso que deleita los ojos, pero es de consecuencias
amargas. Las bellezas es de este mundo son formas diversificadas de la manzana
del paraíso. La belleza fea carece de dimensión trascendental, lo lleva a la
belleza suprema, meta de todas las genuinas por las leyes.
San Agustín (354-430) antes de
la conversión al cristianismo, el maniqueísmo parecía ofrecerle una solución al
problema de lo feo. Lo bello y lo feo, lo bueno y lo malo, la verdad y el
error, eran manifestaciones de dos principios eternos. La solución maniquea
terminó siendo una fórmula insatisfactoria. Después de su conversión,
comprendió que existe un sólo principio, que es de suyo de bello y bueno, y
ningún otro ser, ni el mismo podrá ser causa de lo malo o de lo feo. El mundo
ha sido creado por Dios y posee un
orden; desde los vivientes "feos" hasta lo racionales, como los
humanos. Todo se encuentra en unidad y belleza, reflejo de la unidad y belleza
de su creador. Finalmente los entes son bellos de diferente manera, las
jerarquías de las bellezas siguen a la jerarquía de los entes.
La falta de una perspectiva apropiada nos hará ver
apariencias feas en cosas que he hecho no lo son. Se puede percibir una gran
fealdad en un cuerpo llagado, como el de Job, con la sangre de un mártir o un
moribundo, mas no es más que un velo transparente de una belleza espiritual
excelsa. Como la salvación culmina en total victoria de la gracia sobre el
pecado, también en su estética y la victoria de la belleza sobre la fealdad es
absoluta.
La fealdad en la estética moderna.
El interés de los artistas en el renacimiento se
centra en la belleza. Esto no quiere decir que no estuviera presente el tema de
lo feo en su estética, de hecho lo está, lo feo es el supuesto negativo del
bello. Lo feo es lo que el arte deja
atrás en su ascenso hacia la cima de la belleza ideal. La realidad objetiva es
un conglomerado de apariencia esperas y leyes relativas; por lo cual el
artista, afirman I.B. Alberti y Leonardo da Vinci, siente la necesidad de
perfeccionar y engrandecer la naturaleza. Rafael dice que para pintar una
doncella hermosa necesitaría ver antes muchas jóvenes hermosas y escoger lo
mejor de ellas. La preocupación por lo feo surge con Leibniz que se considera
como filósofo racionalista.
Sin embargo como señala Baumgarten se separa de racionalismo anterior
gracias a que se plantea tan directamente cuestiones relacionadas con el mal,
lo fortuito y lo irracional es decir, con todo aquello que de algún modo no
entra en los esquemas racionales.
Entre estos contenidos irracionales, la estética posterior incluirá el
término de lo feo.
Uno de los primeros que atribuyeron la
categoría estética a lo feo fue Lessing.
Para el la belleza está directamente relacionada con el ámbito del
objetivo y de lo espacial y no como una cualidad esencial de la poesía.
Esto se contrapone con Aristóteles que decía que la imitación bien
hechas, aunque lo representado sea feo, su visión produce una carga positiva,
tanto en la realidad como en el arte.
Para Lessing lo desagradable es simple desagradable, tanto en la
realidad como en el arte.
Esto se da con más claridad en el arte plástico, ya que en el caso de la
poesía la descripción de la realidad se convierte en una manifestación menos
repulsiva que la imperfección corporal y en este sentido deja, por así decirlo,
de ser fea. Precisamente porque es útil al poema; Homero hace feo a Tersites
para hacerlo ridículo.
En el arte plástico, esto no se puede dar porque, la unidad representa
la armonía. Pero por el contrario, surge en presencia de lo desproporcionado.
En este sentido la frialdad es legítima si se utilizan
para producir el ridículo, como el caso de la caricatura, o también para
suscitar lo terrible, como sucede con la tragedia.
Formas de fealdad evanescente
Pocos como este poseen en tal capacidad de
metamorfosis. A la luz de la reflexión estética
lo feo puede dejar de ser feo, e incluso mostrarse como genuinamente
bello en un fenómeno de esfumación y mutación. Para los academicistas italianos
de lo último del siglo XVI y principios del siglo XVII, el realismo de
Caravaggio era feo; en cambio para los grandes maestros del barroco -entre
ellos Velázquez-era un arte bello. Resulta evidente, en estos y otros muchos
ejemplos de la historia del arte en los juicios de fealdad no siempre se han
formulado a partir de criterios valorativos válidos. En estos casos como en
otros los juicios de fealdad se formularon desde unos supuestos que nada, o muy
poco, tienen que ver con la realidad objetiva en cuestión. Lo que implica un
ejemplo repetido de fealdad evanescente. Sin embargo es necesario que esto se
dé ya que por medio del detectar la pseudofealdad, se podrá abordar con ciertas
garantías de éxito, en la cuestión de la auténtica fealdad.
Lo feo como meta
final del arte.
En los casos de fealdad evanescente y la presencia de lo feo se disipa
mediante la reflexión estética. Pero cuando por exigencias de la expresión, la
forma ha de ser fea, entonces el valor artístico no depende ya de lo feo, sino
que de la belleza de la expresión que se quiere.
Para el griego clásico no se puede negar lo trágico, lo monstruoso, ni
lo absurdo pero ello nunca se busca como una ultimidad absoluta sino como
"lo que no debería ser". Al igual que para los renacentistas e
incluso los expresionistas. Contrario sin embargo a la visión artística de algunas
corrientes contemporáneas en las que se ha dado un giro en cuanto a las metas
del arte. En este caso tanto la poesía como en la pintura, se ha introducido la
fealdad. El arte moderno, dice Adorno, "tiende a inclinarse hacia lo
escabroso y lo físicamente repulsivo". Esto nació de raíces románticas. En
el siglo XIX el individualismo y la originalidad poética estaban por encima de
las reglas preceptivas y del repertorio clásico de temas artísticos
justificando la inclusión de lo extraño y lo monstruoso.
No se trata aquí simplemente de dar muerte a la belleza ya que para el
triunfo de lo feo se requiere un talento. los artistas de la fealdad motivados
por una evidente vocación nihilista, han decidido consagrar sus innegables
pobres y refinados recursos técnicos a causa de la fealdad radical.
Parece como si lo feo se haya adueñado de una gran parte del arte, a lo
que deberíamos añadir que lo feo se ha aliado con lo pornográfico. Lo obsceno
se ha convertido en el tema favorito de la tercera. El carácter radicalmente
engañoso y nihilista del arte feo se pone de manifiesto con lo pornográfico. Ya
que es la relacionada al liberado el sexto de todos los vínculos de la
tradición cultural, de los instintos y de las facultades del ser humano,
cayendo por ejemplo, en la exaltación aislada de culos y pechos.
En lo cómico y en lo risible, lo "absurdo" es una categoría
estética positiva pues presupone belleza y racionalidad para subsistir. En el
arte del feo lo absurdo por el contrario representa una realidad última. Lo
absurdo asume aquí una significación óntica: lo absurdo es lo real.
El arte de la fealdad atenta contra la imaginación
como facultad artística e impide a la capacidad subjetiva terminar con el
proceso de prolongación y agrandamiento de la obra convirtiéndose en intrascendente.
El poder transformador del arte
una de las mejores y más famosas obras de J.l.
David es su retrato de Marat. El arte de
David ha sabido dar a esta técnica escena una majestuosa aureola de dignidad y
una expresión heroica de belleza. La fealdad del hecho histórico ha sido
transformada por el arte en belleza. Hay manifestaciones artísticas muy
concretas en las que la transformación de la fealdad en belleza no sería
posible sin la decisiva intervención de la facultad intelectual y de los
conocimientos que de ella se derivan. A esto podemos incluir también la
simbología que conlleva la obra ya sea plástica o poética, dicha simbología
podrá absorber la fealdad y convertirla en belleza.
memamalamama
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