"Bienvenidos"


Los errores tienen casi siempre un carácter sagrado. Nunca intentéis corregirlos.
Al contrario: lo que procede es racionalizarlos, compenetrarse con aquellos integralmente. Después, os será posible subliminarlos.
(Salvador Dali)

domingo, 29 de julio de 2012

El existente y la estructura. paradoja de la libertad humana y el regreso al mito. Cap I




En este primer capítulo expondremos brevemente el origen común de dos de los conceptos más considerados dentro de la filosofía: el mythos y el logos.  Éstos mismos nos servirán para establecer las bases de una paradoja en sentido existencial  que acompañará toda la reflexión que en este trabajo se realice y al mismo tiempo será el hilo conductor que nos ordenará a través de los capítulos sucesivos.

1.1 El mythos

La definición del mythos es una empresa de suma complejidad, por lo que es, o puede llegar a ser imposible encontrar una definición unánimemente aceptada por eruditos y especialistas al igual que por el común de los lectores. Podríamos quedarnos con definiciones simples que finalmente son los usos cotidianos que solemos darle, pero estos nos alejan de manera considerable del sentido original, por ejemplo decir que es un relato fabuloso; que siendo así, es considerado como irreal, decir que es una mera exposición en forma poética, o decir que es una expresión de un futuro ficticio sin duda nos sonará coherente por el uso común – como se ha dicho – sin embargo,  como sugiere Lluís Duch(1) en su obra Mito, interpretación y cultura, precisamente en el apartado sobre el mito y su definición, este no puede identificarse con ninguna definición ya que definir es delimitar o recortar.


Una de las características primordiales del mito es establecer una inmediatez en la relación objetos-sujeto, la cual contradice a la "costumbre de pensar" propia de la razón teórico-práctica, sin embargo es al mismo tiempo importante reconocer que la definición es una realidad profundamente arraigada en el individuo. El mismo autor nos dirá que la condición humana se exige definir, como un situarse: para vivir, definir y definirse. La definición del mito, entonces, según Manfred Frank(2) está en constante cambio; una constante reinterpretación, por lo que es imposible una definición terminada.  La etimología de la palabra mythos es de igual forma  muy oscura. El historiador de la religión griega Walter Burkert (3) afirmaba: "aquello que propiamente es el mito no puede definirse fácilmente y siempre se hace de manera discutible". El campo semántico ha encontrado en dicha expedición tanto la mentira, como la concreción más impresionante y plástica de la verdad de la existencia humana. En conclusión, no hay, muy posiblemente, una palabra que sea al mismo tiempo tan valorada y despreciada. Algunas posturas filológicas suponen que mythos deriva de myo (cerrar, sobre todo ojos y boca). Otros hablan de la aclamación griega mú, algo que es mayormente ignorado. Gustav Stählin propone el recurso de la raíz meudh-mudh de lengua indo-germánica, cuyas significaciones aunque numerosas, están emparentadas entre sí: recordar, aspirar, preocuparse.

En este sentido según Stählin mythos se movería en torno a las significaciones:
Pensamiento, representación, recuerdo y basándonos entonces en esto último, se piensa que originalmente mythos significaba lo mismo que logos (palabra), discurso hablado. Lo anterior se afirma con argumentos sólidos y convincentes. Y parece ser que cuando menos como hipótesis de trabajo la definición de Stählin nos vislumbraría una salida del laberinto semántico del término,  pero marcando las siguientes aclaraciones. El logos designa la palabra como pensada, significativa y argumentadora. Se refiere pues a la palabra de cálculo, de análisis mental, evaluación, de la reflexión, de la discusión. El mythos como palabra, en cambio, se relacionaría con aquello que ha de suceder o que ya ha sucedido. Es decir, el mito significaría la palabra poderosa, autoritaria, auto evidente, revelador de la divinidad, que crea con poder y plenitud aquello que evoca.

1.2  mythos y Logos

El conflicto entre el logos y mythos ha sido una constante desde los antiguos siglos. Al mismo tiempo y también desde antiguo se le ha considerado como una de las paradojas más adecuadas para expresar la conflictiva y precaria vida del ser humano en el mundo. (4) Para muchos, a pesar de las discusiones históricas que esto puede traer; fueron los socráticos quienes instauraron la tradición intelectual de occidente, especialmente con la crítica que hacen al mythos.
Respecto a Platón Giovanni Reale, conocido especialista italiano del pensamiento platónico escribe que en el filósofo griego. «El mito renace no solo como expresión de fantasía, mas antes bien, también como expresión de aquello que podríamos llamar fe»(5) según él, mythos sostiene una clarificación en el logos y el logos un complemento en el mythos.  “La función que le otorga al mito es la de elevar el espíritu humano a aquellas esferas que no pueden ser alcanzadas por la razón"(6) El mito fecunda y enriquece al logos, narra con imágenes la manera de constituirse la vida del hombre, la existencia humana, el cosmos, lo divino. Y estas expresiones narrativas  expresan el fundamento de la realidad; expresan lo verdadero. Es por ello que en este mismo sentido la racionalización del mito por la aparición de la filosofía no fue necesariamente un progreso como afirman los fanáticos del pensamiento griego. Fue un intento diferente de formular la misma verdad que presentaba en relato alegórico del mito. Jean-Pierre Vernant en su obra Mito y  pensamiento dice, refiriéndose al mito «era un relato, no la solución a un problema». El mythos en este caso fue la base para la elaboración filosófica pero no fue sustituido por esta. Sócrates por ejemplo  condeno la utilización del mito, postura compartida por Platón en un inicio, sin embargo a partir de Gorgias (Obra de retorica, ubicada dentro de su periodo de transición, después de su primer viaje a Sicilia) comienza a concederle valor al mito.

¿Qué sentido tiene el mito en Platón? ¿Es un avance o se trata de una involución? ¿Tal vez fruto de la renuncia a la coherencia, o desconfianza en sí misma?  Para estas cuestiones, tomaremos dos de las respuestas más radicales, que provienen de Hegel y de la escuela de Heidegger. Hegel considero al mito un obstáculo para el pensamiento, una inmadurez del logos que todavía no es libre del todo. El mythos como representación religiosa no está más allá de los alcances de la razón sino que constituye la penúltima fase de desarrollo hacia la sima que es el saber absoluto. Contrariamente la escuela de Heidegger (del Segundo Heidegger) considera al mito como la expresión más auténtica del pensamiento platónico. «En realidad, el logos capta al ser, pero no la vida, y el mito viene a ayudar en la explicación de la vida, imposible de captar a través del logos» (7)  Ahora bien; hasta aquí hemos hablado sencilla pero precisamente acerca del origen de estos vocablos así como de su relación. Sin embargo existen aún algunas preguntas, tal vez más relevantes. ¿Ubicamos entonces el mito como verdad o como mentira? ¿Existe alguna manera de relacionarlos con respecto a la verdad? ¿Hablaremos entonces de cooperación o de sustitución? El término griego logos se traduce como palabra, expresión, pensamiento, concepto, discurso, verbo, razón así como ley, principio o norma.

Ha sido sin duda un vocablo importantísimo en la filosofía griega y precisamente es en este campo -el filosófico- que se le ha dado un uso más común a lo largo de la historia. Cando hablamos de Logos nos referimos habitualmente al "decir inteligible" y de manera general lo podríamos dejar hasta aquí.  El mythos por otra parte ha recibido a lo largo de toda la historia occidental un sinfín de reinterpretaciones y se ha convertido en el campo de batalla predilecto  para estas. En este sentido juega un papel muy importante la Ilustración; ¿en que forma? Será esta etapa histórica por así decirlo el último filtro que el mythos y el logos tendrán que franquear.  La Ilustración como  es concebida como la mayoría de edad del hombre; regida solo por la razón (logos) como el sol que ilumina al siglo(8) (y de hecho no solo ese siglo sino la visión general del porvenir del que los ilustrados se preocupaban tanto). Aunque la Ilustración como tal puede ser dividida por orden cronológico (inglesa, francesa y alemana) la primera desarrollando las ideas que fueron irradiadas a todo el mundo; la segunda que importa esas ideas, las radicaliza en enciclopedias y provocan la revolución y la tercera que ennoblece dichas ideas y crea el clasicismo alemán(9)  Es posible reunir  estos movimientos en base al énfasis que ponen en la filosofía práctica, la historia, la pedagogía y el progreso. Así pues al referirnos a todo ello, solo lo llamaremos Ilustración.

Esta en su intento por racionalizar las contrariedades de la existencia humana le da al mito un carácter negativo, es «lo que no debe de ser» y que debemos superar, un error del cual hemos de liberarnos.
Los ilustrados asumiendo la tradicional animadversión del judaísmo y del cristianismo se mostraron críticos e incluso despectivos con relación a todos los mitos de hecho también es importante recordar que para los ilustrados, el mito y la religión se oponen radicalmente al logos y a la razón. (10) ya que son extraños a las explicaciones racionales que ellos pretendían generalizar.  Antes de pasar a la siguiente sección de este trabajo, será necesario hacer un recuento de lo expuesto con la intención de reacomodar las ideas y sobre todo de reubicar el hilo conductor que es la paradoja y en que sentido será utilizada. Ubiquemos entonces los siguientes datos a manera de encuadre general para poder cumplir con el objetivo que nos hemos propuesto: Los términos λόγος y μῦθος (logo y mito) provienen del vocablo meudh-mudh, (propuesta que reconoceremos como base conveniente) según el estudio que se realizo principalmente el las obras de Lluis Duch y  Fernando Urbina Rangel.

No hay comentarios:

Publicar un comentario