La palabra estética proviene del
griego aithesis que significa «Sensibilidad», el termino
«mística» proviene del griego mystikós esto
significa; lo secreto, el iniciado en los misterios. En el termino estética se
está haciendo referencia a aquello que se recibe por medio de la
sensibilidad y después por medio de la
modificación que es el contacto de con las disposiciones activas de la persona,
lo que se denominara «actitud estética» la cual involucra atención, apertura y
quietud mental entendida como ausencia de pre-juicio. Cuando la modificación
interna se logra se puede plasmar de manera simbólica en lo que se llamara o lo
que posteriormente llamaremos obra de arte.
La obra de arte es plasmación del
continuo hacerse de la persona, la obra terminada es como una cicatriz que ha
dejado el artista para el mundo. Por otra parte el espectador es también una
experiencia estética al considerar la re-presentación de una vida. Por esto la
obra artística será tanto una experiencia profunda para el creador como para el
espectador.
El conocimiento místico es aquel
que es revelado a los iniciados y lo que se trasmitía era el conocimiento de
una experiencia y de los métodos para obtenerla. Distingamos ante todo, entre
el objetivo del misticismo y la experiencia mística. De la experiencia mística
no se podrá hablar a diferencia del misticismo.
El estadio místico a estos
niveles no es cognoscitivo, pues todo conocimiento requiere necesariamente a un
sujeto. Hablar de mística es hablar de unidad, de totalidad absoluta. El
objetivo de la mística es perderse a sí mismo.
En conclusión la experiencia
mística y la experiencia estética tienen coincidencias y diferencias, tanto la
mística como la estética apuntan a la unidad o unificación del individuo. Y por
otra parte contienen también barias diferencias, entre ellas el hecho de que la experiencia mística no
procura un sentido, porque va por encima del sentido mismo, en la estética lo
invisible se hace visible mientras que en la mística lo visible vuelve a ser
invisible.En la obra de arte aunque de alguna forma velada se haga referencia a
particularidades propias del autor no son estas las que tienen peso, sino el
sentido mismo de la obra, y esto es lo que hace que la obra de arte no sea algo
ordinario, ni común, el hecho de que no se queda en las particularidades. Y
para que alguien pueda disfrutar de los sentimientos despertados por la obra,
debe ser capaz de tomarlos sin una implicación personal, sino simplemente
tomarlos y deleitarse en ellos ya que la estética como la mística son estados
de conciencia desinteresados un ahogarse del sujeto dentro del objeto.
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