ÉTICA EN LA ANTIGÜEDAD
En la época griega, no podremos empezar a hablar de una relación o una
forma de relacionarse entre los hombres, en función de palabras como; bien,
mal, justicia. Sin la referencia a los poemas homéricos (aunque la relación de homero
con los filósofos es discutida) la mayoría de los historiadores coinciden en
que en estos poemas no solo encontramos cierta tendencia pedagógica sino que
también encontramos uno de los primeros documentos que nos refieren a la cultura occidental y lo
que es más importante y nos atañe mas en
este momento. Es también una de las primeras teorías sobre el
comportamiento colectivo de los hambre,
donde aparecen indicios que de alguna
manera determinan el tema de la moralidad y los poemas armónicamente sustentados
permiten descubrir un sistema de valores no explicita sino implícitamente.
Por ejemplo; la ética que se pude descubrir en la Ilíada va surgiendo de
las situaciones con las que los hombres se encuentran (Telémaco y Ulises). Los
héroes se encuentran representando las
relaciones de poder y de dominio e
incluso es la guerra la que orienta y determina los hechos de los hombres. Es
en ella, en la guerra, que los hechos simples
se convierten en hazañas y estas
a su vez permiten adivinar la coherencia de la justicia, más allá de la sola
guerra y por otra parte y al mismo tiempo se descubre también la realidad de la lucha, hombre contra
hombre. Es por ello que se da otra nota distintiva, los héroes hablan, parece
simple pero no lo es. Al hablar, con sus palabras permiten el sueño de que
llegara el día en que ya la guerra no será necesaria para solucionar la
miseria, la rivalidad y el odio.
«Somos lo que hacemos» esta frase la encontramos en Aristóteles como la primera formulación ética en.
E,N.,II,1103b 26 y ss.
El conocido ethos en Aristóteles
entonces no brinca de la reflexión solamente sino que se solidifica en las
obras y en la actividad de los hombres, del hombre mismo. Entonces como
resumen muy a grandes rasgos de lo que
fue la ética griega podemos concluir diciendo que ante los problemas se
requiere – y así lo descubrieron los antiguos griegos- una solución ya no
teórica solamente, sino encaminada a la praxis,
ejemplo de ello lo encontraremos por mencionar algo en la republica de Platón y
las éticas de Aristóteles así como Sócrates y los sofistas.
MODERNIDAD
Descartes, en su Discurso del Método
propone que mientras el edificio del saber no está totalmente construido nos
hará falta una moral o ética provisional. Esto es, que sólo tendría vigencia
durante el tiempo en que Descartes construyera o ideara la moral definitiva del
Racionalismo. Acá es necesario meditar, en cómo habría sido la moral definitiva
que pensaba Descartes. Lo más destacable es que él, incluye dentro de sus
conceptos sobre ética y moral: "principalmente la conservación de la
salud, que es sin duda el primer bien y el fundamento de todos los demás bienes
de la vida". En el célebre “Prefacio a los Principios de la Filosofía”, se
lee, cuando propone una división de la filosofía: “Las raíces, la metafísica;
el tronco: la física, y las ramas; las ciencias”. Destacando entre ellas la
medicina unida a la rama más perfecta que es la moral. Es decir
-hombre-salud-moral (¿ética?).
Para Spinoza el hombre no tiende a las cosas. Apetece o se quiere, no porque juzgue que sea bueno, sino al revés: cree que algo es bueno porque tiende a ello, va hacia el bien, lo quiere, lo apetece o desea. EI ser de las cosas para Spinoza, y de ahí deriva su ética es un conato, una tendencia. Ser, quiere decir querer ser siempre, tener apetito de la eternidad. La existencia del hombre es deseo: tiene que desear y saber que lo desea.
En Kant, la ética es autónoma no heterónoma; es decir, la ley viene dictada por al ley de la conciencia moral misma, no por una instancia ajena al yo. Es formal no material. No prescribe nada concreto ni ninguna acción determinada: "obrar por respeto al deber". Kant pide al hombre sea autónomo. La ética kantiana culmina con concepto de persona moral. Todos los hombres son fines en si mismos y la inmoralidad consiste en tomarlo como un medio siendo como es, un fin.
Ahora bien, después de lo expuesto, el hombre ético, es decir, el que se mueve hacia el bien con conocimiento de causa con un sentimiento de felicidad, no exento de prudencia, pero permanentemente con un querer ser siempre, con un apetito de eternidad y con un fin de cuidar el cuerpo y la salud, tendrá que aceptar que esto se dé en un contexto comunitario o de grupo social y, que además se expresa en una temporalidad que atañe al grupo o entorno social. Este quehacer, es bajo una organización político-social que ha ido evolucionando hacia paradigmas de un modernismo o pseudo-modernismo.
Para Spinoza el hombre no tiende a las cosas. Apetece o se quiere, no porque juzgue que sea bueno, sino al revés: cree que algo es bueno porque tiende a ello, va hacia el bien, lo quiere, lo apetece o desea. EI ser de las cosas para Spinoza, y de ahí deriva su ética es un conato, una tendencia. Ser, quiere decir querer ser siempre, tener apetito de la eternidad. La existencia del hombre es deseo: tiene que desear y saber que lo desea.
En Kant, la ética es autónoma no heterónoma; es decir, la ley viene dictada por al ley de la conciencia moral misma, no por una instancia ajena al yo. Es formal no material. No prescribe nada concreto ni ninguna acción determinada: "obrar por respeto al deber". Kant pide al hombre sea autónomo. La ética kantiana culmina con concepto de persona moral. Todos los hombres son fines en si mismos y la inmoralidad consiste en tomarlo como un medio siendo como es, un fin.
Ahora bien, después de lo expuesto, el hombre ético, es decir, el que se mueve hacia el bien con conocimiento de causa con un sentimiento de felicidad, no exento de prudencia, pero permanentemente con un querer ser siempre, con un apetito de eternidad y con un fin de cuidar el cuerpo y la salud, tendrá que aceptar que esto se dé en un contexto comunitario o de grupo social y, que además se expresa en una temporalidad que atañe al grupo o entorno social. Este quehacer, es bajo una organización político-social que ha ido evolucionando hacia paradigmas de un modernismo o pseudo-modernismo.
La
ética moderna está muy influida por el psicoanálisis de Sigmund Freud y sus
seguidores y las doctrinas conductistas basadas en los descubrimientos sobre
estímulo-respuesta del fisiólogo ruso Iván Petróvich Pávlov. Freud atribuyó el
problema del bien y del mal en cada individuo a la lucha entre el impulso del
yo instintivo para satisfacer todos sus deseos y la necesidad del yo social de
controlar o reprimir la mayoría de esos impulsos con el fin de que el individuo
actúe dentro de la sociedad. A pesar de que la influencia de Freud no ha sido
asimilada por completo en el conjunto del pensamiento ético, la psicología
freudiana ha mostrado que la culpa, respondiendo a motivaciones de naturaleza
sexual, subyace en el pensamiento clásico que dilucida sobre el bien y el mal.
El
conductismo, a través de la observación de los comportamientos animales,
reforzó la idea en el poder para cambiar la naturaleza humana facilitando las
condiciones favorecedoras de los deseos de cambio. En la década de 1920 el
conductismo fue aceptado en Estados Unidos, en especial en teorías de
pediatras, aprendizaje infantil y educación en general. Tuvo su mayor
influencia, sin embargo, en el pensamiento de la antigua Unión de Repúblicas
Socialistas Soviéticas. Allí, el llamado nuevo ciudadano soviético fue
instruido de acuerdo con los principios conductistas a través del condicionante
poder de la rígida y controlada sociedad soviética. La ética soviética definía
lo bueno como todo aquello beneficioso para el Estado y lo malo como aquello
que se le oponía o lo cuestionaba.
En
sus escritos de finales del siglo XIX y principios del XX, el filósofo y
psicólogo estadounidense William James abordó algunos de los puntos centrales y
característicos en las interpretaciones de Freud y Pávlov. James es más
conocido como el fundador del pragmatismo, que defiende que el valor de las
ideas está determinado por sus consecuencias. Su mayor contribución a la teoría
ética, no obstante, descansa en su insistencia al valorar la importancia de las
interrelaciones, tanto en las ideas como en otros fenómenos.
Tendencias
recientes
El
filósofo británico Bertrand Russell marcó un cambio de rumbo en el pensamiento
ético de las últimas décadas. Muy crítico con la moral convencional, reivindicó
la idea de que los juicios morales expresan deseos individuales o hábitos
aceptados. En su pensamiento, tanto el santo ascético como el sabio
independiente son pobres modelos humanos porque ambos son individuos
incompletos. Los seres humanos completos participan en plenitud de la vida de
la sociedad y expresan todo lo que concierne a su naturaleza. Algunos impulsos
tienen que ser reprimidos en interés de la sociedad y otros en interés del
desarrollo del individuo, pero el crecimiento natural ininterrumpido y la
autorrealización de una persona son los factores que convierten una existencia
en buena y una sociedad en una convivencia armoniosa.
Varios filósofos del siglo XX, algunos de
los cuales han asumido las teorías del existencialismo, se han
interesado por el problema de la elección ética individual lanzada por
Kierkegaard y Nietzsche. La orientación de algunos de estos pensadores es
religiosa, como la del filósofo ruso Nicolai Alexandróvich Berdiáiev, que
subrayó la libertad del espíritu individual; la del filósofo austro-judío
Martin Buber, que se ocupó de la moral de las relaciones entre individuos; la
del teólogo protestante germano-estadounidense Paul Tillich, que resaltó el
valor de ser uno mismo, y la del filósofo y dramaturgo católico
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