EL SENTIDO GENÉRICO DE LA VIDA HUMANA: LA
FELICIDAD.
Sentido último y más genérico de la vida humana que
el hombre moldeara de una u otra forma mediante su libertad El, no es elegido
por él sino que le es dado junto con la humanidad, junto con su naturaleza de
hombre.
El hombre precisamente porque es hombre, busca con
todas sus acciones la felicidad. Si nosotros decidimos comportarnos de un
cierto modo, es en último termino, porque pensamos poder alcanzar así (una
parte de) la felicidad.
El principio general mediante el cual podemos
sintetizar la experiencia de la felicidad admite una doble formulación:
Formulación
positiva: la felicidad es el fin último en el que confluyen
intencionalmente los diversos fines subjetivos a partir de los cuales el hombre
decide como vivir. (Horizonte hacia el cual apunta el hombre con más o menos
puntería, con todas las acciones que integran su vida).
Formulación
negativa: la vida feliz no es nunca deseada como medio
para alcanzar otra forma de vivir, una pregunta sería ¿para que ser feliz? No
tiene sentido, ni puede recibir una respuesta racional.
El comportamiento éticamente bueno, se nos dice,
consistirá en vivir de acuerdo con el deber, el cual no coincide necesariamente
con la felicidad, o, mas aún, la excluiría totalmente como motivación
determinante de nuestro actuar. Respecto a esta doctrina y dejando ese mentado
egoísmo de la búsqueda de la felicidad, es necesario notar dos cosas.
En ella se afirma que el sentido de la vida humana
está en cumplir el propio deber, y eso es sustancialmente justo, ya que, vivir
de acuerdo con los propios deberes no es otra cosa que perseguir un cierto tipo
de felicidad. (Beatitud o felicidad verdadera). El deber y la felicidad no
pueden ser dos tipos de motivaciones autónomas del obrar libre y mucho menos contrapuesto.
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